María Félix, la reconocida actriz mexicana, destacó por representar a México en los más prestigiosos festivales y proyecciones cinematográficas a nivel mundial.
María Félix, distinguida actriz mexicana y figura representativa del cine mexicano a nivel internacional, nació en Álamos, Sonora, el 8 de abril de 1914. Criada junto a sus once hermanos, compartió ascendencia yaqui por parte de su padre y vasco-española por parte de su madre.
Además de su notable carrera actoral, María Félix se consolidó como un ícono de estilo de su época, reconocida por su gusto extravagante y su personalidad irónica. Su participación en aclamadas producciones cinematográficas extendió su fama más allá de las fronteras de México, incluyendo importantes roles en diversas películas europeas.
Conocida afectuosamente como “María Bonita” o “La Doña”, gracias a su inolvidable papel en “Doña Bárbara” (1943), Félix no solo se destacó en la pantalla grande, sino que también dejó una huella indeleble en la moda y la cultura de su tiempo.
Su carrera comenzó por casualidad
Mientras exploraba las vitrinas del Centro Histórico de la Ciudad de México, el director de cine español Fernando Palacios se acercó a María Félix, indagando sobre su interés en incursionar en el cine.
Palacios la llevó a los estudios de Metro Goldwyn-Mayer en Los Ángeles, con la intención de lanzar la carrera de María en Hollywood. Sin embargo, ella optó por comenzar su trayectoria en México.
Su debut cinematográfico fue en “El peñón de las ánimas” (1943), donde actuó junto a Jorge Negrete, quien más tarde se convertiría en su esposo.
“Doña Bárbara” (1943) marcó el inicio de su fama, otorgándole el apodo por el que sería conocida posteriormente: “La Doña”.
La proyección internacional de María Félix se consolidó con roles en “Río escondido” (1947), “Maclovia” (1948) y “Enamorada” (1946), seguidos de su participación en “Mare nostrum” (1948) y “La corona negra” (1951).
Su actuación en “Mesalina” (1951) la posicionó como una figura destacada del cine italiano. Esta producción, una de las más costosas de la época, se basaba en la vida de la emperatriz romana y contó con Félix como protagonista.
En Argentina, protagonizó “La pasión desnuda” (1953). Mientras que en Francia, participó en “La Belle Otero” (1954) y “French Cancan” (1954), expandiendo así su legado en el cine internacional.
En México, María orientó su carrera hacia la interpretación de personajes en películas ambientadas en la Revolución Mexicana
“La Escondida” (1955), “Café Colón” (1958), “Tizoc” (1956), “Miércoles de Ceniza” (1958), “La Estrella Vacía” (1958) y “La Cucaracha” (1959) son algunas de las destacadas producciones en las que participó María Félix.
“La Generala” (1970) marcó el fin de la carrera cinematográfica de la actriz, donde realizó su primera y única escena de desnudo en pantalla.
“María Bonita”, otro apodo de María Félix
La emblemática canción “María Bonita” fue un obsequio de boda del célebre cantante y compositor Agustín Lara a María Félix. Casados entre 1945 y 1947, el nombre de esta melodía comenzó a ser utilizado como apodo para la actriz a partir de entonces.
Estilo de María Félix en la moda y joyería
El estilo distintivo de María Félix, conocida como “La Doña”, marcó las pautas de moda para las actrices de la época dorada del cine mexicano y de Hollywood. María Félix incorporaba elementos inspirados en México en cada aspecto de su vestimenta, logrando un toque único y personal.
María Félix se convirtió en musa e inspiración para diseñadores de renombre como Dior, Vivier, Saint Laurent y Balenciaga. Fue reconocida por la asociación de alta costura de París como una de las figuras mejor vestidas de su tiempo, destacando su inconfundible estilo.
Recordada como la primera diva del cine mexicano, es considerada la máxima referencia de estilo de su época, caracterizada por su fuerte personalidad, su ironía y su capacidad para deslumbrar.
María Félix falleció el 8 de abril de 2002 en la Ciudad de México, a la edad de 88 años.
¿El Metro CDMX fue un regalo para la actriz?
En 1956, “La Doña”, contrajo matrimonio con Alexander Berger, destacado empresario y banquero francés. Berger jugó un papel clave en las negociaciones iniciales entre México y Francia, contribuyendo al financiamiento del proyecto más ambicioso de movilidad en la historia del país.
Durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, Alex Berger actuó como intermediario facilitando un crédito entre el presidente mexicano y el presidente francés Charles de Gaulle. Este esfuerzo conjunto, sumado a la inversión capitalina, culminó en la inauguración de la primera línea del Metro CDMX.
Según declaraciones de María Félix en una entrevista, ella atribuyó la posesión simbólica del Metro CDMX a un regalo personal de su esposo.
“El Metro es mío, me lo regaló mi marido”.
Afirmó sugiriendo que el impulso inicial y el compromiso con el proyecto del metro fueron idea y obra de Berger, presentándolo como un regalo a su esposa en reconocimiento a su deseo de ver progresar a su país.
“Si no me lo quieren creer, nada va a cambiar entre nosotros. Pero el maravilloso Metro que tiene la Ciudad de México es mío, me lo regaló mi marido”.
Expresó Félix.