COSAS te comparte la entrevista en Miami, en la que la actriz nos cuenta sobre su fortaleza femenina y su independencia.
Marzo de 2015. Miami, piso 10 de un edificio de diseño en la Avenida Collins, el hogar temporal de Kate durante el ultimo medio año. En recepción piden una exhaustiva autorización para ingresar. Todos saben que la actriz que encarnó a Teresa Mendoza en la exitosa seria La Reina del Sur vive ahí pero prácticamente nadie la ha visto. Las interminables jornadas de grabación para la mas reciente producción de Telemundo, Dueños del Paraíso, la tienen absorta; regresa a casa normalmente de madrugada, no logra hilar mas de tres horas de sueño y esta lista para trabajar al día siguiente.
Más adelante y después de posar seis horas para las fotos de esta entrevista, nos confiesa que el ritmo de vida que ha tenido últimamente ya le pasó factura sobre la salud, incluso tuvieron que dejar de rodar por unos momentos porque sus signos vitales cayeron drásticamente durante una grabación.
La fortaleza como mujer y su independencia son los rasgos que comparte con Anastasia Cardona, el papel que hace en esta nueva teleserie que trata sobre el tráfico de drogas en Miami de finales de los 70 y principios de los 80.
Pero también hay una Kate que pocos conocen, la vulnerable, la que llora, la sensible y que disfruta enormemente su soledad. Esa que asegura haber elegido voluntariamente y en la que se disfruta a sí misma y frente al espejo se dice “quiero estar chingona para mí”. Asegura por primera vez sentirse plena, sin pareja, sin patrones de vida establecidos por la sociedad, haciendo lo que mas le gusta en la vida: trabajar.
El crecimiento y la estabilidad emocional llegaron con el aprendizaje, con las vivencias, de los amores, de los desamores, divorcios y las parejas. Las relaciones anteriores la cansaron, no recibía nada a cambio, no logró encontrar en su pareja al “amigo”, el que impulsa, el que ayuda a luchar y motiva en un lugar de recriminar y cortar las alas.
El hombre ideal para Kate debería ser alguien que también sea muy feliz, pleno, maduro y protector. “Yo necesito a alguien que me cobije, en quien pueda recargarme, porque ya me cansé de asumir ese rol”.
-¿Qué caracteriza a Anastasia, el rol que interpretas en la serie “Dueños del Paraíso”?
-Es un personaje muy lindo, que vive intensamente. Nació en el lugar equivocado, que no eligió, pero donde tiene que sobrevivir. Entonces vuelvo a hacer a este tipo de mujer fuerte, que se vuelve muy independiente, ella en especial es dura e incluso violenta para poder sobrevivir en ese mundo de hombres.
-¿Qué rasgos comparten Anastasia con Teresa Mendoza, tu anterior protagónico en “La Reina del Sur”?
-Se dedican a lo mismo pero vienen de una estructura completamente diferente de vida. Anastasia se vuelve violenta, mientras que Teresa nunca lo fue. Se endurece por miles de razones, pero no se enamora. El amor para ella es secundario; mientras que para Teresa era algo básico. Anastasia es fría y sólo le interesa hacer un imperio del negocio del marido.
-¿Por qué aceptaste participar en esta serie?
-Quería regresar con algo que fuera muy bueno, con una historia interesante y que se desarrollara en una época atractiva. El periodo de finales de los 70 y principios de los 80 no se había abordado en la televisión en español. Me emocionó mucho jugar con la moda, el vestuario y las pelucas.
-Físicamente, ¿qué implica interpretar a una narcotraficante?
-Como no deja de ser televisión se requiere que el personaje sea atractivo visualmente. El manejo de armas también era indispensable, pero es algo que se me da naturalmente. Desde pequeña las he manipulado ya que mi papá es tirador y siempre tuvo sus pistolas.
-¿A qué crees que se deba el éxito de las series de narcos?
-Yo creo que se debe a que en un principio son divertidas y están basadas en personajillos medio reales. A la gente le gusta ya que tienen un poquito de todo lo que tienen las telenovelas normales, sin embargo hay mas acción que se refuerza con un poco de la realidad en la que estamos viviendo.
-El papel que interpretas de narcotraficante es una lastimosa realidad que se vive actualmente en México, ¿qué sentimientos te provoca lo que nos pasa?
-He pasado por muchas etapas. Al principio me daba mucho coraje cuando escuchaba cómo se expresan en Estados Unidos de los problemas de México, cómo magnifican las noticias. Pero de repente llega un instante en que ya no puedes defender lo indefendible, un momento en el que ya pasó el coraje y queda la frustración. Ahora el sentimiento que tengo es tristeza, porque ya no puedes decir ni hacer nada.-Dices que ya no se puede hacer ni decir nada, pero hace tres años no te quedaste callada y levantaste mucha polémica cuando compartiste un tweet cuestionando al gobierno.
– Ni me callaré. Viéndolo en retrospectiva no habría ninguna sola palabra que cambiara yo de ese escrito, ni una, sigo pensando igual. El gobierno y la religión nos tienen adormecidos, manipulados, nos meten miedos y culpas constantemente. Como mexicanos tenemos que cambiar, alzar la voz, exigir lo que es nuestro país.
-Llevas casi 14 años viviendo fuera del país, ¿cuál es tu percepción?
-No puedo concebir que entre la población se asuman como normales hábitos como no abrir la ventana del coche bajo cierta circunstancia por seguridad, no usar ciertas joyas o accesorios, cuidarte de tal o cual manera. Me pone muy triste que la gente ya vea todo eso como parte de su vida. Eso no es normal y no hacen nada por cambiarlo. No es normal que ya no te des cuenta en la porquería que estás viviendo. Me muero de la tristeza y del pánico de que mis papás, hermana y sobrino estén viviendo allá (México).
“La calidad de vida que yo tengo en Estados Unidos debería de ser uno de los derechos principales de todo ser humano, caminar por la calle sin tener miedo de que alguien te vaya a matar por tres pesos, que tus hijos salgan a la calle a correr, al parque, sin miedo que les pase algo, que los secuestren”.
EL INSOMNIO
-¿El exceso de trabajo ha afectado tu salud?
-Quiero descansar un poco, porque de salud no he estado bien, necesito recuperarme. Como no duermo en las noches entonces no me recupero del cansancio, ya tengo mucho tiempo así. En promedio duermo dos o tres horas por noche. Hasta se me cayó el pelo del estrés.
-¿Cuáles son tus prioridades?
-El trabajo, me da todo. Es lo que más amo hacer en la vida. Como también mi vida personal, mi familia, mis amigos, yo Kate mujer, todo eso me da un equilibrio que siento por primera vez en mi vida.
La felicidad es una decisión, y yo ya la tomé desde hace mucho tiempo. La verdad es que soy una mujer sumamente feliz. No creo en los patrones preestablecidos de matrimonio, familia, hijos, no creo que hagan feliz a la gente. Si quisiera tener hijos y maridos créeme que los tendría desde hace mucho tiempo, y no sería feliz.
-¿Qué es la felicidad para ti?
-La felicidad está en uno mismo. Hacer lo que se te pegue la gana.
Yo soy una mujer muy libre y amo mi trabajo, me funciona la gente que venga a complementar mi vida no a restringirla.
-¿Qué aprendizaje te ha dejado el amor, el matrimonio?
-Tiene que ser totalmente altruista, sin esperar nada a cambio, desinteresado. En el momento en el que se vuelve sacrificio ya no es amor. Desde mi punto de vista, el matrimonio no funciona como institución, eso de firmar un papel a mí no me hace querer más a alguien, no me hace no engañar a alguien, no me garantiza que esa persona va estar conmigo toda la vida, es un papel que no funciona ni sirve de nada.
-¿Y qué aprendiste del divorcio?
-Aprendí que no te debes de casar (ríe). Casarse está bien fácil, divorciarse te cuesta mucho trabajo. Gracias a Dios existen los divorcios, no lo digo de broma, imagínate estar atado a una persona que no quieres. Perdemos mucho tiempo en relaciones que no te llevan a ningún lugar, porque tu esencia la perdiste en el camino. Todo se vuelve viejo y aburrido, así tengas a la mujer más guapa, divina, bellísima y hermosa, que ames y adoras siempre te va gustar alguien más, alguien te va mover el tapete. Por eso entiendo a los hombres cuando dicen que una relación no significó nada, lo puedo entender perfecto porque el sexo es sexo, solamente eso. No dejas de amar a tu esposa ni mucho menos, pero tenemos tantas culpas y tantas cosas que nos inculcó la religión, la sociedad y el gobierno. Vivimos en pecado eternamente.
-¿Eres feliz?
-Te puedo decir que soy la mujer más plena en toda mi vida. Antes me la pasaba dándole gusto a toda la gente a mi alrededor desde amigas, familia, hasta que dije “y yo qué”. Yo me quiero ver a los ojos en el espejo y estar chingona para mí y aplaudirme y decirme estás muy bien. Nadie tiene derecho a meterse entre mi felicidad y yo. Me da mucha satisfacción ver que he logrado algo, que todo lo que está ahí se mueve porque yo quiero.
-Entonces ¿quieres estar sola?
-No, no quiere decir que no quiera tener novio. Pero debería ser alguien que también sea muy feliz, divertido, muy pleno, maduro y protector, ya no quiero perder mi tiempo en el amor. Yo necesito a alguien en quien de pronto me pueda recargar, que me cobije, porque siempre ha sido a la inversa, yo he jugado el rol de protectora porque soy muy maternal, pero ya llega también el momento en el que te cansas y quieres a un hombre que te cuide. Es más, a lo mejor hasta hijos llego a tener, el problema es que ya me quedan cinco minutos (bromea). Pero no puedo decir nunca más, ya sabes, haz planes para que Dios se muera de la risa.