Elizabeth Taylor, una actriz emblemática de la era dorada de Hollywood clásico, quizás te resulte familiar. Si aún no has tenido la oportunidad de conocer su legado, aquí te contamos acerca de su vida y cómo se convirtió en un ícono del cine.
Fue una de las actrices más influyentes y reconocidas de la historia del cine, nació el 27 de febrero de 1932 en Londres, Inglaterra. Conocida por su belleza deslumbrante, talento actoral excepcional y una vida personal llena de momentos destacados, dejó una marca imborrable en el mundo del cine y la cultura popular.
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¿Cómo fue la carrera de Elizabeth Taylor en el cine?
Desde sus comienzos como actriz infantil en la década de 1940 hasta convertirse en una de las estrellas más grandes de la época dorada de Hollywood, la actriz cautivó a audiencias gracias a su habilidad para interpretar cualquier personaje.
Pero fue gracias a “La gata sobre el tejado de zinc caliente” que logró ganar su segundo Premio de la Academia, consolidándose así como una de las principales actrices de su generación.
Otros papeles en los que destacó incluyen “Cleopatra” (1963), donde conoció a su esposo Richard Burton, y “¿Quién le teme a Virginia Woolf?” (1966).
¿Qué fue de su vida privada?
Fuera de su trabajo en el cine, fue una figura destacada en la escena social y humanitaria. Es reconocida por ser de las primeras celebridades en hablar abiertamente sobre el VIH/SIDA. Trabajó incansablemente para recaudar fondos para la investigación y la concienciación sobre la enfermedad.
Además, tiene una fundación, The Elizabeth Taylor AIDS Foundation, la cual continúa apoyando a aquellos afectados por el VIH/SIDA.
¿Cuándo murió Elizabeth Taylor?
Elizabeth Taylor falleció el 23 de marzo de 2011, dejando atrás un legado que va más allá de su trabajo en el cine.
La actriz tuvo un impacto en la industria del entretenimiento, un compromiso con causas humanitarias y una personalidad carismática que la convirtieron en una de las figuras más recordadas y admiradas del siglo XX.
Y no solo eso, su belleza, talento y pasión por la vida la convierten en un ícono eterno, cuyo legado perdurará por generaciones venideras.