Patricio Cabezas sumergió una bolsa de plástico en un vaso de agua, y unos cuantos segundos después esta ya se había desintegrado, pero no acabó ahí, sino que decidió beberse todo el vaso para probar que su invento es amigable con el ambiente.
Patricio Cabezas sumergió una bolsa de plástico en un vaso de agua, y unos cuantos segundos después esta ya se había desintegrado, pero no acabó ahí, sino que decidió beberse todo el vaso para probar que su invento es amigable con el ambiente.