La cuenta regresiva ha comenzado. En pocos días, el glamour de la 97° edición de los premios Oscar inundará nuestras pantallas. El próximo domingo 2 de marzo del 2025 seremos testigos de cómo las estrellas más brillantes de Hollywood y del mundo entero deslumbran con sus atuendos de ensueño.
Aunque la entrega de los codiciados premios es el corazón de la noche, la alfombra roja se ha convertido en un espectáculo de moda por derecho propio.
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Es el escenario donde los diseñadores más prestigiosos prestan sus creaciones y donde las celebridades se convierten en icónos de estilo. Sin embargo, detrás de todo el brillo y el glamour, existe un código de vestimenta estricto, un secreto bien guardado que solo unos pocos conocen.
Los protocolos de vestimenta en la Gala de los Oscar
A pesar de esta aparente libertad estilista, todos los asistentes deben acatar un código de vestimenta estricto, conocido como “dress code”. Este protocolo asegura que la gala mantenga su atmósfera de elegancia y sofisticación. Sin embargo, dentro de estos límites existe un espacio para la individualidad. Los invitados pueden adaptar el código a su estilo personal, incorporando elementos que reflejen su identidad y gusto.
La noche de los Oscar se rige por un estricto protocolo, donde el “Black Tie” es la norma indiscutible. Esto significa que los caballeros deben lucir impecables esmóquines, ya sea en el clásico negro con camisa blanca o aventurarse por incluir una gama de color más expresiva que reflejen su personalidad y estilo.
Las mujeres por su parte, deben deslumbrar con vestidos de noche largos o de cóctel que rocen o superen las rodillas. Los accesorios son clave:
- Bolsos clutch minimalistas
- Joyas que complementen su elegancia.
Aunque los tonos oscuros y neutros son los reyes de la noche, destellos de plata, oro, rojo o satinados pueden añadir un toque de brillo y distinción.
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Un detalle que pocos conocen: el código de vestimenta se extiende a fotógrafos, periodistas y medios de comunicación presentes. Todos deben seguir las reglas del “Black Tie”, asegurándose de que la alfombra roja sea un espectáculo de glamour uniforme.
La clave está en encontrar un equilibrio entre la expresión personal y el respeto por la ocasión. Los atuendos deben ser originales y distintivos pero siempre manteniendo un nivel de formalidad y buen gusto. De esta forma, la alfombra roja se convierte en un espectáculo fascinante, donde la moda y la personalidad se entrelazan en un despliegue de glamour y estilo.