La vida de Lalo España, el actor de ‘Vecinos’, no ha sido completamente dichosa desde la trágica muerte de su novio hace 11 años. Recientemente, el histrión de Televisa ha enfrentado complicaciones en su salud que le han dejado una condición permanente.
Según informes de la revista TV Notas, el intérprete de ‘Margara Francisca’ padece de hipoacusia en su oído izquierdo. Este trastorno implica la incapacidad total o parcial para percibir sonidos en uno o ambos oídos. De acuerdo con Medline Plus, hay diversas causas asociadas a esta condición.
¿Cómo descubrió Lalo España que padece hipoacusia?
Durante varios años, el actor mexicano ha experimentado la sensación de tener el oído izquierdo tapado, y a pesar de sus esfuerzos, no lograba superar este malestar. En busca de soluciones, el actor recurrió a la consulta de diversos especialistas e incluso se sometió a terapias de Reiki. Sin embargo, fue mediante la evaluación de un audiólogo que finalmente se descubrió la naturaleza del problema.
“Desde hace seis años comencé a batallar con mi odio izquierdo. Un audiólogo me detectó ‘hipoacusia’, una sensación como si tuviera los oídos tapados, como cuando te bajas del avión o vas en carretera. (…) “En mi caso no se me quita, vivo así. Escucho distorsionado y es cuando confundo palabras”
Precisó Lalo España.
Al conocer su diagnóstico, el protagonista de ‘Vecinos’ se sumió en la tristeza. Afortunadamente, logró reflexionar y encontrar una solución para afrontar la situación.
“Fui entiendo que estamos de paso, que somos únicos e irrepetibles y que tenía que aprender a vivir con esta característica mía. Si no hubiese encontrado solución, lo integro con amor a mí vida. Tengo mil torpezas y defectos, pero eso también me hace bien chido. Somos únicos e irrepetibles.”
Externó.
En la actualidad, Lalo España utiliza dispositivos auditivos para mejorar su capacidad auditiva. Aunque se los quita durante sus actuaciones frente a las cámaras de televisión, suele emplearlos en el teatro y en su vida diaria para mejorar su calidad de vida.
Por: Ana Hernández