En 2024, OpenAI presentó GPT-4o, un avanzado modelo de lenguaje que puede interactuar con texto, imagen y audio, y demostrar capacidades de “razonamiento”. Un video de lanzamiento muestra a dos personas utilizando un teléfono móvil para que GPT-4o traduzca en tiempo real del inglés al español y viceversa, permitiendo que cada una hable en su lengua materna.
En otro video, se observa cómo GPT-4o puede participar en conversaciones, cambiando el tono de voz y adaptándose al estilo de los interlocutores. Esta tecnología permite la comunicación natural a través de dispositivos móviles, marcando una revolución en la interacción tecnológica y planteando la pregunta de si todavía es necesario aprender idiomas si la tecnología puede facilitar la comunicación multilingüe de manera tan eficiente.

El debate sobre la inteligencia artificial en la enseñanza de idiomas se centra en dos escenarios. El primero es un enfoque catastrofista que ve a la IA como una amenaza que podría hacer innecesario el aprendizaje de lenguas. El segundo escenario considera la IA como una oportunidad para mejorar la alfabetización digital y fomentar el pensamiento crítico. La IA podría integrarse en el aprendizaje de idiomas, ayudando en tareas como la redacción y corrección de textos, así como en el acceso a recursos educativos en línea.
A pesar de las posibles transformaciones tecnológicas, el aprendizaje de idiomas continuará siendo una parte integral de la educación formal en el futuro. En el ámbito profesional, el conocimiento de varios idiomas seguirá siendo una habilidad clave. Aprender lenguas no solo mejora las capacidades analíticas y cognitivas, sino que también facilita la comunicación en contextos multiculturales. La IA generativa, si se utiliza con criterio, puede ofrecer valiosas oportunidades para el aprendizaje y el uso de idiomas, enriqueciendo tanto la educación formal como la informal.