Juan Carlos I, a quien alguna vez se le conoció como el héroe de la democracia española, acaba huyendo por investigaciones de corrupción internacionales
Por Juan Alfonso Núñez
Juan Carlos de Borbón entró a España por primera vez a los 10 años de edad en 1948. El nieto de Alfonso XIII nació en Roma, ya que la familia real vivía en exilio tras la proclamación de la Segunda República desde 1931. Juan Carlos regresó al país para cursar sus estudios gracias a un acuerdo con el dictador Francisco Franco, quien nombró a Juan Carlos como sucesor a título de rey y príncipe de España en 1969.
Previamente, en 1962, se casó con la princesa Sofía de Grecia, con quien tuvo tres hijos: la infanta Elena, la infanta Cristina y el príncipe Felipe.
Tras la muerte de Franco, en 1975, Juan Carlos fue proclamado rey de España el 22 de noviembre. Aunque juró acatar los Principios del Movimiento Nacional y perpetuar el franquismo, Juan Carlos apoyó la Ley para la Reforma Política que inició la transición española hacia la democracia. En 1977 su reinado aprobó la Constitución Española, absolviendo cualquier participación política de la Corona y convirtiendo al país en una monarquía parlamentaria.

Después de años de conflicto, superar intento de golpe de estado, el reinado de Juan Carlos trajo orden y estabilidad. Tanto que muchos españoles se consideraban juancarlistas antes que monárquicos, demostrando la confianza que se le tenía al rey. Sin embargo, la caída de este héroe nacional empezó en 2012.
ESCÁNDALOS
Durante un viaje de cacería de elefantes en Botsuana el rey fue hospitalizado a causa de una fractura. Su esposa, la Reina Sofía de Grecia, tardó tres días en visitarlo, ya que el rey fue acompañado en el viaje por la señorita Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El escándalo provocó una caída hasta el 52% de apoyo al rey y que pidiera una disculpa pública por primera vez en su reinado.
Dos años después, la imagen pública de la monarquía volvió a sufrir cuando la infanta Cristina fue implicada en el famoso caso Nóos, sobre corrupción política de parte de su esposo Iñaki Urdangarin. Cristina acabó siendo absuelta, pero la imagen pública de la familia siguió cayendo con más escándalos involucrando al rey. Ese mismo año, 2014, Juan Carlos abdicó el trono a su hijo Felipe, lo cual resultó en que perdiera la inmunidad legal, abriendo la puerta a investigaciones de posibles actos ilícitos.
La casa real lanzó una campaña tratando de restaurar la reputación del rey, la cual lo acabó hiriendo más ya que le recordó al público de diferentes problemas, como que la riqueza exacta de la monarquía no es conocida. En 2019 Juan Carlos anunció su retirada de la vida pública.
Este año la señorita Sayn-Wittgenstein volvió a causar polémica al dar a conocer que en el 2012, el rey emérito le obsequió 65 millones de euros “por gratitud y por amor”. Los abogados de la señorita Sayn-Wittgenstein mencionaron al Rey Felipe VI como un beneficiario de la Fundación Lucum previamente asociada con Juan Carlos, la cual fue investigada por lavado de dinero en donde se encontró un recibo de 100 millones de euros de parte de Arabia Saudita.
En junio pasado la Suprema Corte abrió una investigación sobre supuestas comisiones pagadas al rey emérito por el contrato de un consorcio español para la construcción de una línea de alta velocidad entre las ciudades santas de Meca y Medina.
Desde entonces, el Rey Felipe VI ha renunciado a su herencia y el rey emérito salió del país mientras se le investiga en España y Suiza. Su ubicación exacta no se conoce, pero muchos creen que este será el legado que dejará Juan Carlos I. Así, la monarquía española de nuevo tendrá que trabajar en limpiar la imagen real.
