Para muchas personas adultas sigue siendo incómodo hablar sobre sexo; es por eso que aún existen muchos mitos respecto a cómo se comporta el ser humano en la intimidad; y lamentablemente esto puede desencadenar enfermedades de transmisión sexual o problemas con tus relaciones afectivas.
Hoy hablaremos del Punto G, un ‘sitio’ que los hombres buscan desesperadamente para (según ellos) darnos lo que necesitamos; pero obvio no es así, al contrario, esto genera que el acto se vea afectado.
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¿El Punto G existe?
Sí, el Punto G existe y se encuentra en la pared anterior de la vagina, a unos centímetros del canal vaginal. Su textura es rugosa y es del tamaño de una moneda pequeña.
Recuerda que cada cuerpo es diferente; por lo que tu Punto G podría localizarse en más arriba o más abajo. Lo encontrarás cuando toques una parte con textura diferente al resto de tu vagina.
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¿Por qué es un problema al momento de tener relaciones?
La BBC realizó un estudio sobre que tan importante es para hombres y mujeres encontrar el Punto G, y el resultado reveló que más de la mitad de los encuestados se han preocupado por encontrar dicha zona.
Esto justifica que en Internet encuentres miles de páginas que supuestamente te ayudarán a encontrarlo para que la mujer logre llegar al climax de una forma inimaginable. Esto provoca que al momento de intimar y no llegar a la culminación prometida, las parejas se sientan insatisfechas.
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¿Tenemos que fingir orgasmos?
El tema del Punto G comenzó en 1950, cuando el investigador Ernst Gräfenberg publicó un artículo titulado “El papel de la uretra en el orgasmo femenino”. En el texto argumentó que dentro de la uretra femenina existe una ‘zona erótica’ que ayuda a las mujeres a alcanzar el orgasmo.
Desde entonces, el papel del orgasmo femenino ha fungido un papel importante en el placer masculino. Si bien es importante que los dos disfruten del acto, sentimos la presión de demostrar que la pasamos bien cuando no fue así. Es por eso que es recurrente que las mujeres finjan un orgasmo para quedar bien.
Nuestras parejas deben entender que para llegar al orgasmo deben conocer las zonas erógenas de cada una de nosotras y eso solo ocurre cuando existe comunicación entre los individuos sobre temas sexuales, dejando a un lado los prejuicios.