Conoce toda su historia.
Ahora que ya es un hecho, la única pregunta que queda es, ¿por qué tomó tanto tiempo? Es tan obvio el romance entre Jennifer López y Alex Rodríguez, que parece ridículo que ambos hayan recorrido un camino sentimental tan, tan, tan largo para llegar al sitio donde, visto en retrospectiva, siempre se supo que iban a llegar.
Basta con verlos. Los dos latinos, los dos riquísimos, siempre abiertos a una nueva aventura, a una nueva pasión, y los dos legendarios profesionales que, a pesar de su agitada agenda, han dejado un enorme espacio para, si no el amor, al menos algo que se le parece.
Jennifer, de 47 años, y Alex, de 41, llevan solo unas semanas de relación, pero ya poseen al menos tres elementos básicos del “celebrity romance” contemporáneo: un diminutivo, “J-Rod”; un viaje como incógnitos al Caribe, y una selfie en Instagram, que, quién sabe por qué, fue borrada de la cuenta de la López poco después de haber sido posteada.
Jennifer no necesita mayores presentaciones, pero Alex, su nuevo compañero, puede ser desconocido para cualquiera que no viva en Estados Unidos o no sea aficionado al béisbol, un deporte donde, hasta su retiro hace un par de años, era considerado el más grande campeón, con un contrato anual de aproximadamente 20 millones de dólares con los Yankees, varios millones más producto de auspicios y convenios publicitarios, y una fama tan grande como la de su nueva novia.