Muchas veces en la vida tomamos caminos sin saber a dónde nos van a llevar y hacemos cosas sin pensar las consecuencias que nos pueden traer por eso es importante tener conciencia de todo lo que hacemos y que cada cosa que hagamos traerá o cosas muy buenas o cosas malas.
Por eso aquí te dejamos algunos consejos para que puedas enfocarte más a la hora de tomar una buena decisión.
Conócete a ti mismo:
Este proceso es primordial para saber si es lo que realmente quieres o no por eso es importante que sepas tus gustos, valores, habilidades y limitaciones que te ayudaran a concentrarte en lo que en ese momento de tu vida es vital, medita y aprende a escuchar tu cuerpo, tu sentir, tus emociones. Solo escúchate a ti mismo.
Enfócate en el presente:
Para muchas personas esto es lo más complicado de la vida, enfocarse en el presente no es nada, pero nada sencillo y vivir en el pasado o en el futuro solo nos hace tomar decisiones que no nos ayudaran del todo para seguir una vida feliz, hay que aprender a poner orden esta cuestión.
Confía en tus instintos:
Confiar en lo que presientes es de las cosas que nos salvaran muchas veces ya que siempre hay algo que te dice si la decisión que vas a tomar es del todo buena o no, siempre hay un presentimiento que dice que es lo mejor o no y es ahí cuando debes de seguir lo que sientes. A veces un juicio rápido es lo mejor que sobre pensar mucho las cosas.
Identifica los riesgos:
La familiaridad genera comodidad, es probable que tomes malas decisiones porque es a lo que estás acostumbrado. Puede ser que tengas hábitos nocivos y quizá no estés consciente del daño que te hacen. Por ejemplo, hay personas que se alimentan de comida rápida o no hacen ejercicio constantemente y creen que están bien por qué no han percibido algún daño en su cuerpo.
Ten cuidado con la presión social:
Puedes considerarte una persona muy segura de ti misma que toma decisiones sin que los demás influyan, pero el hecho es que nadie es inmune a la presión social y muchas veces pueden llegar a influir más de lo normal en tu vida y perder el rumbo de tomar tus propias decisiones y no escucharte a ti mismo.
Reconoce tus limitaciones:
Es muy normal tener algunos sesgos y cuesta aún más admitirlo. Nuestro criterio muchas veces es sesgado, es imposible ser totalmente objetivo. La mente tiene estrategias que ayudan a entender situaciones y tomar decisiones más rápido. Y aunque estos atajos mentales permiten simplificar nuestras vidas en ocasiones pueden llevarnos a tomar malas decisiones.
Reduce tus opciones:
Al tomar una decisión es posible que evalúes entre varias opciones e incluso consideres más posibilidades. Lo mejor es que descartes las opciones que no sean viables desde el principio de este modo será mejor tomar una buena decisión.
Estos consejos te ayudaran a ser mejor tomando decisiones a lo largo de tu vida, siempre y cuando tengas el objetivo claro para poder llegar una vida más feliz, sin estrés.
Por becaria Pamela Guzmán