Las proteínas en polvo se han posicionado como uno de los suplementos más populares en el ámbito del fitness y la nutrición deportiva. Si estás por entrar a este mundo y tienes dudas sobre qué son, aquí te contamos todos sus mitos y realidades.
Y es que su uso ha ganado seguidores tanto entre los atletas profesionales como entre aquellos que buscan mejorar su salud o rendimiento físico.
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Sin embargo, a pesar de su popularidad, existen numerosos mitos que rodean su consumo, lo que genera confusión entre los consumidores.
¿Qué son las proteínas en polvo y para qué sirven?
Las proteínas en polvo son suplementos alimenticios diseñados para complementar la ingesta diaria de proteínas.
Según la International Society of Sports Nutrition, las fuentes más comunes de estos productos incluyen la leche (suero y caseína), el huevo y la soya, aunque en el mercado también existen opciones derivadas de otras fuentes vegetales.
La función principal de estos suplementos es proporcionar una dosis adicional de proteína, útil en situaciones donde los requerimientos nutricionales son más altos de lo habitual.
Estos suplementos son especialmente beneficiosos para varios grupos de personas:
- Atletas y deportistas
- Personas con dietas restrictivas
- Individuos con mayores necesidades proteicas
¿Cuáles son los mitos y realidades sobre las proteínas en polvo?
A lo largo del tiempo, se han generado diversos mitos en torno al uso de las proteínas en polvo. Pero, ¿cuáles son?
Mito 1: Las proteínas en polvo son solo para fisicoculturistas
Si bien los fisicoculturistas son grandes consumidores de proteínas en polvo, este tipo de suplementos no está limitado a este grupo de personas. De hecho, cualquier persona que busque aumentar su ingesta proteica, ya sea por razones deportivas, de salud o dietéticas, puede beneficiarse de estos productos.
Mito 2: Las proteínas en polvo hacen subir de peso
El aumento de peso está directamente relacionado con el consumo excesivo de calorías, no con la fuente específica de nutrientes. Consumir proteínas en polvo por sí solo no provoca un aumento de peso si se ajusta a las necesidades calóricas diarias.
Mito 3: Todas las proteínas en polvo son iguales
Existen diversos tipos de proteínas en polvo, cada una con características distintas. Algunas de las más comunes incluyen:
- Suero de leche: Este tipo de proteína es muy popular entre deportistas, ya que, además de mejorar la ingesta proteica, también puede tener efectos positivos en el sistema inmunológico y el rendimiento deportivo.
- Soya: Ideal para personas que siguen dietas veganas o vegetarianas, la proteína de soya es una fuente completa de aminoácidos esenciales.
- Albúminas de huevo: Altamente digerible y rica en aminoácidos esenciales, esta proteína es una de las mejores opciones para mantener la salud muscular.
¿Cómo elegir la proteína en polvo adecuada?
Al momento de elegir una proteína en polvo, es importante considerar varios factores para asegurarse de seleccionar la opción más adecuada para nuestras necesidades específicas:
- Fuente de proteína: Elegir la que se adapte a las necesidades dietéticas y preferencias.
- Perfil de aminoácidos: Asegurarse de que la proteína contenga todos los aminoácidos esenciales.
- Evitar productos con exceso de azúcares añadidos.
- Certificaciones: Buscar productos con certificaciones de calidad y seguridad alimentaria.
- Precio: Comparar precios y calidad antes de comprar.

Es importante tener en cuenta que las proteínas en polvo son un complemento alimenticio, no un reemplazo de una dieta balanceada. Por si estás pensando en comprar alguna, en tiendas Nutrisa, encontrarás diversas opciones de proteínas que se ajustan a diferentes preferencias y requerimientos.