La “crisis de los veinte años” es una etapa marcada por interrogantes y dudas sobre el futuro. Navegar esta fase de manera saludable es fundamental.
La vida está en constante cambio. A lo largo de los años, atravesamos diversas etapas, experimentando nuevos cambios, algunos positivos y otros no tanto; aprendemos y crecemos.
Sin embargo, llega un momento que parece ser crucial para nuestro futuro. Surgen nuevas preocupaciones, mayores responsabilidades, y nos planteamos ideas, planes y metas.
La etapa que abarca desde los 20 hasta los 29 años está cargada de emociones y sentimientos. Experimentamos incertidumbre, ansiedad, frustración e incluso miedo.
Surgen mil preguntas: ¿Qué vendrá después? ¿Cómo lograré mis sueños y metas? ¿Qué camino tomar en la vida?
Además, la crisis de los veinte también conlleva una fuerte carga cultural, política e incluso económica, que influye en nuestra percepción y experiencia de esta etapa crucial.
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¿Qué preocupaciones surgen en esta etapa?
- La necesidad de autonomía económica.
- Búsqueda de independencia de madres o padres.
- Búsqueda de condiciones laborales justas.
- Búsqueda de una calidad de vida para nuestro futuro (salud, educación, seguridad, empleo, etc).
Las redes sociales pueden ser un factor que contribuye a la presión que sentimos en esta etapa de compararnos con amigos, familiares u otras personas que parecen estar en una situación similar. Es importante recordar que cada persona tiene su propio camino y avanza a su propio ritmo.
En ocasiones, nos vemos enfrentados a estándares inalcanzables al observar lo que otras personas muestran en sus redes sociales, lo cual puede generar mayor presión y frustración.
Para las mujeres, esta presión puede ser aún mayor, ya que la sociedad y la familia a menudo plantean preguntas sobre el matrimonio y la maternidad. Además, si ya estamos cuidando de alguien más, como un hijo o un familiar, puede resultar difícil cumplir con nuestros propios planes y metas.
Consejos para atravesar los veintes
Dedica tiempo a conocerte a ti mismo: es fundamental definir tus metas y el camino que seguirás para alcanzarlas en el presente y en el futuro.
Permítete sentir tus emociones: no minimices lo que experimentas, tómate el tiempo necesario para identificar y vivir esas emociones.
Ten paciencia: no solo con la etapa que estás atravesando, sino también contigo mismo.
Evalúa tus posibilidades y opciones: tómate el tiempo necesario para analizar y considerar las diferentes alternativas que se te presentan, aún estás a tiempo de alcanzar tus sueños y metas.
Priorízate y establece límites: tu estabilidad y bienestar deben ser tu principal preocupación.
No compares tu proceso con el de otros: cada persona avanza a su propio ritmo, dentro de sus propias posibilidades y tiempos.
Descansa: dedica tiempo a desconectar y hacer lo que más te gusta, recuerda que también forma parte del autocuidado.