El pasado lunes 05 de febrero, el Palacio de Buckingham anunció que el Rey Carlos III de Inglaterra fue diagnosticado con cáncer aunque no se reveló el tipo de éste.
Su padecimiento fue detectado tras someterse a un procedimiento correctivo por un agrandamiento benigno de la próstata.
Ya comenzó con un tratamiento ambulatorio por lo que por el momento pausará y pospondrá sus actos públicos. Continuará con su papel constitucional como jefe de estado, incluyendo trámites y reuniones privadas.
Al momento, el Rey se ha mostrado optimista sobre su tratamiento y espera volver a sus funciones públicas lo antes posible.
Existen disposiciones constitucionales en vigor si el Rey no puede desempeñar temporalmente sus funciones oficiales. En ese caso, se puede recurrir a los “consejeros de estado” para que intervengan en su lugar. Los miembros de la realeza que pueden intervenir incluyen a la Reina Camila, los príncipes William, Harry y Andrés, así como la princesa Beatriz.
Si el Rey se volviera completamente incapaz de cumplir con sus deberes constitucionales y el Estado ya no puede funcionar correctamente, sus poderes pueden ser retirados y asumidos por un regente. El siguiente en la línea de sucesión al trono sería el príncipe William según la Ley de Regencia de 1937.
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