Uno de los problemas que se han desencadenado en las regiones en donde existe una gran cantidad de personas infectadas de covid-19, es la escasez de cubrebocas. Esto se debe a que son un producto desechable y que por ser de baja demanda no se produce a la misma velocidad con la que se consumen en este tipo de eventos.
Esto generó que algunas personas, específicamente en el norte de Italia, comiencen a lavarlos para reutilizados; y algunos ambientalistas buscan que esta actividad se replique en todos los lugares donde se han detectado casos de personas infectadas de coronavirus; ya que su desecho está contaminando el planeta.
¿Cómo funcionan los cubrebocas?
Un respirador desechable están fabricados de una tela no tejida; miden aproximadamente 12,5 cm de ancho y 17, 5 de largo. Su uso reduce la inspiración de polvos, microorganismos y cualquier otra partícula existente en el ambiente; sin embargo, no están diseñados para protegerte de partículas muy pequeñas.
En personas enfermas ayudan a disminuir la diseminación de gotitas respiratorias y evitan las salpicaduras por estornudo y tos.
¿Se pueden reutilizar los cubrebocas?
Existen muchos tipos de respiradores, algunos son de tele y esos se pueden lavar para ser reutilizados, pero no están diseñados para detener algún virus o bacteria.
El químico, Vincent Osnaya, nos comentó que al lavarlos se desgasta la tela. Además compartió que no son 100% confiables: “Los cubrebocas no son totalmente confiables. Es verdad que evitan “salpicar”. Pero una vez secas esas gotitas de saliva, pueden permitir la salida de virus y bacterias”.
Las autoridades de salud aseguran que el respirador desechable N95 es el más recomendado para evitar el contagio, ya que filtra las partículas suspendidas en el aire.