Por Manuel Santelices.- Mientras escribimos este articulo, Bella Hadid, supermodel, heredera de una dinastía de “realities” en Hollywood y hermana menor de la que muchos consideran la modelo más importante y mejor pagada del momento, Gigi Hadid, se encontraba en las playas de Puglia, Italia, fotografiando una editorial de modas junto a Irina Shayk y Anna Dello Russo para Vogue Japón.
Apenas cubierta en un bikini negro, Bella compartió una foto del “backstage” en su cuenta de Instagram para el deleite de sus 4.8 millones de seguidores, y demostró, una vez más, tal como lo había hecho unos días antes en la alfombra roja del Festival de Cannes en un revelador vestido rojo, que posee un cuerpo que solo puede ser descrito como perfecto.
Y no es solo su cuerpo. Su rostro, que a veces puede parecer casi infantil y otras increíblemente sofisticado, es tan atractivo que Dior acaba de contratarla como “embajadora” para su línea de maquillaje. “Un sueño hecho realidad”, comentó ella a través de Twitter.
Cuestión de suerte, dirá usted. Pero no; es cuestión de ADN.
La madre de Bella y Gigi es Yolanda van den Herik, una ex modelo holandesa que, bajo contrato con la agencia Ford, se hizo célebre en la década de los 80 por sus altos pómulos, su pelo rubio platinado y su atlética figura. Sus viejas fotos en traje de baño son todo lo que uno necesita para explicar el éxito de sus dos hijas hoy.