Las nuevas generaciones están en contacto con las nuevas tecnologías a edades más tempranas, algo que en voz de los expertos resulta dañino para el desarrollo del menor, especialmente cuando manipulan teléfonos inteligentes ya que son utilizados por los padres para contener situaciones y emociones, lo que repercute en su carácter y personalidad.
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Diversos psicólogos aseguran que darle un celular a un niño menor de 10 años podría afectar gravemente su bienestar y podrían generar una adicción emocional al dispositivo.
De acuerdo con David de Cubas, psicólogo infantil, mantener calmado a un menor a través del uso de un celular es un acto “irresponsable”.
“Los dispositivos móviles generan dopamina, un neurotransmisor que produce placer de forma rápida. En algunos casos, puede incluso provocar una adicción que acaba fomentando comportamientos agresivos ante situaciones que requieran algún tipo de esfuerzo personal o cuando se prohíbe su uso”, destacó el especialista.
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Lo primordial es que los padres le demuestren al menor que no existe una relación de bienestar con el uso de un celular, e invitan a que pasen más tiempo con ellos, que escuchen las emociones de los menores, y sobre todo incentiven la unión entre los miembros de la familia.

