Fue un golpe muy duro.
El mes pasado la actriz Drew Barrymore y su entonces marido Will Kopelman decidieron ir por caminos separados tras casi cuatro años de matrimonio y dos hijas en común, Olive (3) y Frankie (2), una situación que le resultó increíblemente “bochornosa” y le dejó una sensación de “fracaso”.
“Puse en el comunicado donde anunciábamos el divorcio la palabra ‘fracaso’, porque es cierta. Cuando rompes con alguien, piensas: ‘Vale, no funcionó’. Pero cuando te divorcias es: ‘Soy el mayor fracaso. Este es mi mayor fracaso’. Es tan bochornoso y duro pasar por esa situación, incluso sin hacerlo público. Es un momento duro, es como si te pusieran en el rallador de queso y cada segundo dijeras: ‘¡Dios! Este no era mi plan'”, contó la actriz a Chelsea Handler en su nuevo programa de Netflix, ‘Chelsea’.
Y aunque Drew está pasando por un momento difícil, se siente afortunada por el apoyo recibido y reconoce que tanto cariño le sienta bien.
“Ha sido un sentimiento muy agradable, de algo muy positivo; lo opuesto a cómo me siento por dentro. Todo el mundo ha sido tan encantador y agradable que ha reprimido mis miedos y demonios acerca de cómo tengo que superar los problemas en mi vida”, señaló.
Para la actriz ahora es momento de pasar el tiempo con sus amigas y dejar a un lado las citas.
“Lo que quiero es pasar tiempo con mis amigas”, aclaró la actriz.
Cuando la actriz y Will anunciaron su separación, prometieron seguir siendo una ‘familia’ en el comunicado remitido a People.
“Tristemente, nuestra familia se está separando legalmente, aunque no sentimos que esto haga que dejemos de ser una familia. El divorcio puede hacerle sentir a alguien como un fracaso, pero al final empiezas a sentirte bien ante la idea de que la vida sigue”.