Blancanieves y los siete enanitos puede generarnos diversas impresiones, independientemente de nuestros gustos personales, y dejando de lado los aspectos técnicos que son, sin duda, impresionantes.
La película merece todo nuestro respeto y admiración, ya que fue pionera como el primer largometraje de animación de Estados Unidos y la ópera prima de Walt Disney Productions, marcando el inicio de la era Disney tal como la conocemos hoy y el comienzo del cine de animación.
La realización de Blancanieves y los siete enanitos representó un desafío monumental para Disney y su equipo, con cuatro años de arduo trabajo y una inversión de 1.5 millones de dólares, una suma significativa para la época.
Curiosidades de Blancanieves
Una costosa producción
Cuando Disney inició la producción de Blancanieves y los siete enanitos, estimaron un presupuesto inicial confiando en que sería suficiente para llevar a cabo el proyecto. Sin embargo, a medida que avanzaba el desarrollo y se buscaba alcanzar la perfección, los recursos financieros se agotaban.
Ante esta situación, Roy Disney, responsable de las finanzas del estudio, sugirió a Walt que mostrara la película a los bancos para obtener financiamiento. La idea era que los bancos pudieran evaluar dónde se invertiría el dinero. Walt, conocido por su habilidad para vender cualquier cosa, organizó una proyección para un ejecutivo del Bank of America.
Durante la presentación, se mostraron pruebas a lápiz de la película, bocetos estáticos y, dado que aún no se había creado la banda sonora, Walt Disney mismo recitaba líneas y cantaba algunas de las canciones. El resultado, como podrán imaginar, fue positivo.
Una modelo real
En la primera incursión de los animadores en la representación de un personaje humano, como lo era Blancanieves, Walt Disney optó por contratar a Marge Champion como modelo de movimiento.
Este momento marcó el inicio del “método” de animación en el estudio, donde la incorporación de modelos en vivo se convirtió en la técnica principal para lograr movimientos y expresiones faciales realistas.
Esta práctica se extendió a la animación de diversos personajes, ya fuera un ciervo (Bambi), un león (El Rey León) o una niña inmersa en un mundo fantástico (Alicia en el País de las Maravillas).
En cuanto a los modelos reales, es interesante destacar que tanto Blancanieves como la Reina Malvada fueron inspiradas en actrices de la época. La apariencia de la princesa se basó en Janet Gaynor, mientras que la Reina Malvada es una amalgama de Greta Garbo y Joan Crawford.
Intentos de la reina
Aquellos familiarizados con el cuento original de los Hermanos Grimm recordarán que la Reina Grimhilde intenta acabar con Blancanieves en tres ocasiones, siendo la última la que consideraba exitosa.
En el primer intento, buscó asfixiarla con una cinta; en el segundo, le colocó un cepillo envenenado en el cabello; y finalmente, en el tercer intento, le ofreció una manzana envenenada que ella misma preparó.
Este repaso es relevante porque inicialmente se contemplaba incluir estos tres intentos en la película. No obstante, para agilizar la trama, se tomó la decisión de centrarse directamente en el episodio de la manzana envenenada.
Mickey Mouse ocultos
Aquí se inició la tradición de incorporar “Mickeys ocultos” en las películas de Walt Disney. A lo largo de la cinta, podemos descubrir un par de ellos. El primero hace su aparición mientras Blancanieves está limpiando las escaleras del castillo, y el siguiente Mickey se encuentra en las burbujas generadas por el hipo de Mudito. Si logran identificar algún otro Mickey Mouse oculto en la película, les invito a compartirlo en los comentarios.
Basada en hechos reales
Al redactar el cuento de Blancanieves, los Hermanos Grimm tomaron inspiración de un hecho real. María Sophia, hija del Príncipe Philipp Christoph Von Erthal, Condestable de Kurmainz, a pesar de ser una joven dulce y caritativa querida por todos, experimentó adversidades en su vida.
Contrajo viruela durante la infancia, lo que resultó en una pérdida parcial de la vista. Para complicar aún más las cosas, su madre falleció cuando ella tenía tan solo 12 años. Un par de años después, su padre contrajo matrimonio nuevamente, esta vez con Claudia Elisabeth Maria Von Venningen, la Condesa Imperial de Reichenstein.
Se dice que a la Condesa no le agradaba mucho Maria Sophia y que la maltrataba. Además, la Condesa tenía dos hijos de un matrimonio anterior a los que dedicaba su atención. A pesar de sus problemas de salud, Maria Sophia jugaba con los niños que trabajaban en las minas locales, quienes eran de baja estatura y llevaban gorros para protegerse la cabeza de posibles golpes.
Aunque la salud de Maria Sophia era delicada, no hay evidencia de envenenamiento o asesinato. Para agregar un toque peculiar a la historia, también existía un “espejo parlante”, que en realidad era un juguete acústico fabricado en Lohr, una ciudad famosa por su producción de espejos y cristales.
Por: Ana Hernández