Después de meses trabajando en la bioserie de Vicente Fernández, por fin se estrena y a pesar que se había dicho que no la iba a poder transmitir Televisa, si lo podrá hacer.
Ya era hora de que hicieran la serie del ícono de la música mexicana para hacerle honor a toda su carrera como compositor, cantante y actor en México. Sin embargo, apenas se presentaron unos problemas en los derechos de dicha producción y aquí están los resultados.
Hoy que estamos a un día de su estreno en la televisión nacional, ha surgido un comunicado de un despacho legal y algunas notas de prensa. Con respecto a ellos.
1.- Don Vicente Fernández siempre fue muy cercano a Televisa y siempre le guardaremos nuestro más grande aprecio y admiración. Con él siempre hubo pláticas tendientes a realizar una bioserie, tan es así que en preparación de ésta
contamos con los derechos de más de una veintena de sus más importantes canciones.
2.- Para TelevisaUnivision fue una sorpresa enterarse que algunos miembros de la familia Fernández prefirieron que la historia de nuestro mexicanísimo “Charro de Huentitán” fuera contada por una empresa extranjera. Ante ello, acudimos a publicaciones serias y periodísticas para poder narrar a las audiencias mexicanas una versión cuidada, pero también real de lo acontecido.
3.- TelevisaUnivision es respetuosa de la ley y de sus autoridades, pero no ha recibido notificación judicial que prohíba que el día de hoy a las 20:30 horas salga al aire, por el canal de las estrellas, la serie “El último rey. El hijo del pueblo”.
4.- Sin embargo, preocupan los argumentos vertidos en algunas notas de prensa que señalan que los quejosos pretenden censurarla de la televisión nacional, con la artimaña de que el nombre de una persona está “registrado”.
Con ese argumento, cualquier figura pública podría crear un “registro” y eso impediría a la prensa, a las revistas, a los libros y a los audiovisuales hablar de ellos. Esta inmunidad que buscan haría que no se pudiera escribir ni hablar de políticos, de personas del mundo artístico ni de cualquiera que registre su nombre. Esto no sucede en ninguna parte del mundo y arrojaría sobre México un manto censor sobre la libertad de expresión