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A Fuego Lento, falta de amor o sólo locura

Por Ivana Roldan

Ayer se estrenó la puesta en escena A Fuego Lento, un monólogo que nos lleva a través de la desafortunada y violenta vida de Mario, quien tiene 50 años preguntándose porque su madre lo abandono.

Se estará presentando por corta temporada en el Foro Lucerna, con sólo 10 funciones, del 2 al 31 de marzo, lunes y martes a las 20:30 horas, ésta protagonizada por el actor holandés Martijin Kuiper y dirigida por Luciana Silveyra.

La premisa de este obra es “la violencia implacable es siempre consecuencia de una privación de amor” donde se indagan los episodios más obscuros del protagonista, recordando todo el sufrimiento que pasó en su infancia lo cual le hizo que pasara de ser la víctima a convertirse en el victimario.

La escenografía es un recurso que apoya al desarrollo de la historia, son pocos los elementos que podemos ver en el escenario, pero logran adentrar al espectador en la mente del protagonista y trasladarse a los recuerdos que poco a poco el personaje central va develando y es así como logras de cierto modo tener esa interrogante si sus acciones provienen de la falta de cariño.

Hay otros personajes con los que interactúa Mario a lo largo del relato, los cuales son maniquíes, quienes representan la vida familiar que a le hubiera gustado tener.

Una representación que te hace pensar como el abandono y la violencia puede llegar a convertir a una persona prodigiosa en un generador de violencia y por otro lado te recuerda que el amor hacia una madre es incondicional a pesar del daño que haya causado.

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