La mayoría de las empresas deciden parar actividades la última semana del año para que sus trabajadores pasen tiempo de calidad con sus seres queridos. Por otro lado, algunas optan por dar facilidades como el “home office” para que se mantenga la operación básica. Un estudio reveló que las personas que tienen que laborar los últimos siete días del año lo resienten en varios aspectos de su vida.
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Su estado de ánimo baja un 60%
Los investigadores aseguran que la mayoría de las personas que acuden a su oficina del periodo del 23 al 30 de diciembre tienen perder más de la mitad de su optimismo y por consecuente su productividad disminuye. Esto se desencadena por varios factores.
Si en su trabajo le dan estos días de descanso a una parte del personal y a otra no, lo primero que resiente es que no pertenece a un mismo equipo. El ánimo va bajando si se encuentra en una oficina con menos del 50% del personal y se intensifica si las actividades a desempeñar son mínimas en dicho periodo.
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Son más propensos a enfermedades respiratorias
Cuando el estado de ánimo de una persona baja, sus defensas lo hacen de la misma manera. Especialistas aseguran que este es uno de los factores por los que muchas de las personas que laboran los últimos días del año contraen gripa o resfriado.
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Baja la productividad
Muchas empresas creen que estar sentado en un escritorio es igual a un trabajador productivo; pero esto no es así. Muchos de las personas que laboran los últimos siete días del año bajan su productividad a más de la mitad, esto se debe a que solo resolverá contratiempos menores o cumplirá con una agenda del día que, en muchas ocasiones, podría esperar.
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Si eres una de las personas que tiene que laborar hasta el último minuto del año te recomendamos que busques alternativas para mantener tu estado de ánimo alto y no ser víctima de la melancolía y las enfermedades respiratorias.