El término narcisismo ha permeado nuestro discurso cotidiano, a menudo malinterpretado o sobreutilizado en contextos que distan mucho de su significado clínico original.
A continuación te contamos las diferencias entre narcisismo como un rasgo de personalidad y el trastorno narcisista de la personalidad (TNP), un diagnóstico médico serio que impacta significativamente en quienes lo padecen.
Descarga la NUEVA edición de la Revista Cosas México
¿Qué es el narcisismo?
El narcisismo se caracteriza por rasgos como la autoadmiración, una gran confianza en uno mismo y un sentido del propio valor. Sin embargo, estos atributos por sí solos no constituyen un trastorno.
De hecho, un nivel saludable de autoestima y confianza puede ser beneficioso y es a menudo necesario para el éxito personal y profesional.
Históricamente, el concepto tiene sus raíces en la mitología griega, donde Narciso se enamora de su propia imagen reflejada en el agua.
Esta antigua narrativa resalta la doble naturaleza del narcisismo: puede ser tanto un impulsor de autoconservación como un camino hacia la autodestrucción si no se maneja con cuidado.
¿Qué es la terapia EMDR y por qué todos hablan de ella?
¿Qué es el trastorno narcisista?
El trastorno narcisista de la personalidad se define en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) como un patrón pervasivo de grandiosidad, una necesidad de admiración y una notable falta de empatía que comienza en la adultez temprana y se presenta en diversos contextos.
Quienes sufren de TNP pueden tener dificultades significativas en sus relaciones personales y profesionales debido a expectativas irrealistas y una sensibilidad excesiva a la evaluación de otros.
El psicoanalista Heinz Kohut ha contribuido a la comprensión del narcisismo al sugerir que ciertos aspectos del mismo son aspectos normales y esenciales del desarrollo humano.
Según Kohut, un narcisismo saludable es fundamental para desarrollar habilidades sociales y emocionales.
Es en la infancia donde se establecen las bases de este rasgo a través de la interacción con figuras parentales que alientan y reconocen los logros del niño, promoviendo una autoestima saludable y la capacidad de manejar el fracaso.
Sin embargo, cuando este desarrollo se ve interrumpido, puede surgir un narcisismo patológico.
Esto ocurre cuando el individuo no logra trascender la necesidad de admiración externa y continúa buscando esta validación en la edad adulta, lo cual puede resultar en relaciones interpersonales problemáticas y un fracaso en alcanzar sus aspiraciones personales.
Kidults: la fusión de infancia y madurez en la era moderna